Hoy dia los misioneros tuvieron la oportunidad de ser visitados por Elder Patrick Kearon del primer quorum de los Setenta. Fue una ocasion muy especial en la cual el espiritu del Señor estuve presente al grado de tocar y edificar a todos presentes. Uno de los temas se inicio por la pregunta de una hermana misionera. Ella dijo que era facil predicar y despues ver el efecto maravilloso de la expiacion de Cristo en la vida de otros pero se le hacia dificil aceptar el perdon de sus propios pecados y errores. Este es una duda que yo tambien he experimentado en mi vida; como podria el Señor perdonar y cambiar a un ser tan impuro como yo era? Elder Kearon nos enseño que muchas veces no entendemos la expiacion de Cristo. Es un acto infinito lleno de gracia y rebosando en misericordia. Arrepentirse en manera sincera es como poner todos nuestros pecados y afflicciones en un hueco, cubrirlo, y olvidarselo. La tierra, o la expiacion, los recibe y los traga enteros.
"¡Oh, la asabiduría de Dios, su bmisericordia y cgracia! Porque he aquí, si la dcarne no se levantara más, nuestros espíritus tendrían que estar sujetos a ese ángel que ecayó de la presencia del Dios Eterno, y se convirtió en el fdiablo, para no levantarse más...
¡Oh cuán grande es la bondad de nuestro Dios, que prepara un medio para que escapemos de las garras de este terrible monstruo; sí, ese monstruo, amuerte e binfierno, que llamo la muerte del cuerpo, y también la muerte del espíritu!" (2 Nefi 9:8, 10)
Cuan grande es el amor de Dios que el nos preparo un medio de ser limpiados y emblanquecidos. No debemos sentir que la expiacion de Cristo se aplica a todos menos a nosotros mismos. El padecio por todo hombre y toda mujer y eso incluye a usted. Se que Jesucristo vive y que el nos puede cambiar constantemente. Estoy agradecido por la expiacion y se que todos nosotros podemos confiar en ella, porque por nosotros Jesucristo lo hizo. En El es mi vida y mi gozo.
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